En la especulación y la inversión, la codicia, la ira, la ignorancia, la pereza y la duda de cada persona se manifiestan de manera espectacular.
Por ejemplo, cuando alguien gana dinero, la reacción de la mayoría de las personas es:
Si hubiera comprado en ese momento, también habría ganado, incluso más;
¡Maldita sea! ¿Por qué no me llama alguien, hijo de puta?
¡Qué tonto, este es el dinero que debería haber ganado, ¿por qué lo perdí?
Lento, alguien es un gallo...
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En la especulación y la inversión, la codicia, la ira, la ignorancia, la pereza y la duda de cada persona se manifiestan de manera espectacular.
Por ejemplo, cuando alguien gana dinero, la reacción de la mayoría de las personas es:
Si hubiera comprado en ese momento, también habría ganado, incluso más;
¡Maldita sea! ¿Por qué no me llama alguien, hijo de puta?
¡Qué tonto, este es el dinero que debería haber ganado, ¿por qué lo perdí?
Lento, alguien es un gallo...